Seguridad de marca 2025: por qué la prueba del cliente se convierte en el seguro de vida de los medios fiables
En 2025, las marcas se enfrentan a una gran paradoja: por un lado, las plataformas digitales cuentan con audiencias importantes y capacidades de segmentación ultraprecisas. Por otro lado, la confianza de los consumidores en estas mismas plataformas se está viendo empañada. Mientras los anunciantes planifican más GRP, el valor real de estas impresiones se tambalea. En este contexto, surge una nueva palanca estratégica: la prueba certificada por el cliente, integrada en un contexto mediático seguro.
Stéphane LE BRETON
11/21/20257 min leer
El entorno digital clásico está en crisis
Los datos de 2025 confirman una tendencia: la lógica «todo digital, todo alcance» comienza a resquebrajarse.
a) La moderación de las plataformas está cambiando
Un informe de eMarketer, Brand Safety on Social Media in 2025 (abril de 2025), alerta sobre un cambio: algunas grandes plataformas, como Meta Platforms (Facebook/Instagram), TikTok o X, están pasando de una moderación dirigida por la plataforma a un modelo comunitario en el que son los usuarios quienes denuncian y moderan los contenidos.
➡️ Resultado: la responsabilidad directa de la plataforma disminuye y, como consecuencia, el control de los entornos publicitarios se debilita.
b) La confianza disminuye, o al menos deja de aumentar.
Siguiendo la misma lógica, un estudio de múltiples fuentes (por ejemplo, Amra y Elma) muestra que solo el 39% de los consumidores afirma confiar en la publicidad en 2025.
Además, para casi el 30 % de los profesionales del marketing, un entorno publicitario mal controlado ya ha provocado una pérdida de confianza por parte de los consumidores o una disminución de la percepción de la marca. (Cifra estimada según los informes de seguridad de marca).
c) La segmentación ya no es suficiente
Estos hechos plantean una pregunta fundamental: ¿de qué sirve una segmentación ultraprecisa si el entorno en el que aparece la publicidad es dudoso?
Un mensaje bien calibrado, pero yuxtapuesto a contenido tóxico, extremista o fraudulento, puede generar impresiones... pero también puede deteriorar la marca, erosionar la reputación y minar la confianza.
Ilustración: un anuncio insertado en el flujo de un influencer no moderado o junto a un contenido problemático puede llegar a miles de personas, pero ¿a qué precio? El retorno de la inversión ya no se evalúa simplemente en GRP, sino en confianza acumulada o perdida.
La integración de estos tres aspectos —la transformación de las plataformas, la pérdida de confianza y la insuficiencia de la segmentación por sí sola— refuerza la demostración de que el entorno digital «clásico» ya no garantiza la seguridad de la marca ni la eficacia publicitaria.
Los medios «tradicionales» recuperan valor
a) Un control editorial y regulatorio superior
Estos medios operan en entornos claramente regulados: cartas editoriales, normativas publicitarias, auditorías de audiencia. Esta regulación ofrece una garantía de calidad para el anunciante.
Por ejemplo, según ExchangeWire en su artículo «Navigating Brand Safety in 2025» (Navegando por la seguridad de la marca en 2025):
«En 2025, la seguridad de las marcas sigue evolucionando... El objetivo sigue siendo alejar los anuncios de los contenidos perjudiciales, pero ahora se hace hincapié en la adecuación de las marcas, con el fin de garantizar que los anuncios aparezcan en entornos que reflejen los valores y el tono de una marca».
b) Un contexto premium, percibido como más fiable por los consumidores.
Los consumidores suelen asociar la prensa, la televisión o el cine con cierta legitimidad, lo que ya no siempre es el caso en algunos entornos digitales. La «etiqueta» mediática tradicional funciona como una señal de confianza.
Esta percepción se traduce en una ventaja para los anunciantes: los mensajes publicitarios difundidos en estos medios se benefician de un contexto de gran atención y de un entorno percibido como «seguro»..
c) Un público atento, menos disperso y más comprometido.
A diferencia de los flujos digitales fragmentados (multipantalla, multitarea, capas publicitarias), los medios tradicionales ofrecen momentos álgidos de captación: prime time televisivo, cobertura cinematográfica, páginas de prensa «de gran lectura».
Esta mayor atención se traduce en valor para la marca: menos «ruido», más recepción. Y en un mercado en el que la confianza es una ventaja poco común, esta captación atenta cobra todo su sentido.
Lo que esto significa para las marcas
a) Reconsiderar la prioridad: del volumen al contexto
En lugar de acumular impresiones o refinar indefinidamente la segmentación, el reto actual es preguntarse: ¿en qué contexto se percibirá mi mensaje como creíble?
Porque una campaña bien orientada pero difundida en un entorno poco fiable está condenada a generar difusión... pero poca confianza.
Las marcas deben elegir no solo a quiénes llegan, sino también dónde llegan, y ese «dónde» ahora forma parte de la promesa de la marca.
b) Los medios tradicionales: un arbitraje moderno:
Elegir la televisión, la prensa o el cine no es dar un paso atrás. Es una decisión estratégica:
Menos fragmentación: un mensaje difundido en un lugar donde la atención está concentrada y el público es receptivo.
Mayor control: estos medios están sujetos a regulaciones editoriales y técnicas que refuerzan su estabilidad y claridad para el anunciante.
Mayor confianza: los consumidores siguen asociando estos soportes con calidad, legitimidad y credibilidad.
En un contexto en el que la confianza se tambalea, esta estabilidad se convierte en una ventaja diferenciadora.
c) El papel clave de la prueba visible y activada
Para aprovechar realmente esta dinámica, no basta con reasignar el presupuesto. Es necesario incorporar una señal de prueba:
Opiniones de clientes certificadas, controladas según normas como ISO 20488 o NF522, garantía de autenticidad.
Integración de estas opiniones en los propios medios (televisión, prensa, cine), lo que convierte la voz del cliente en un componente creativo del mensaje.
El mensaje pasa entonces de «somos buenos» a «personas como usted dicen que somos buenos».
Esta prueba visible transforma la exposición en adhesión: establece un vínculo de confianza tangible, en un contexto premium. En este modelo, la segmentación y el formato siguen siendo importantes, pero lo que diferencia una campaña que llega al público de una campaña que convierte es la credibilidad que transmite.
En resumen: para las marcas en 2025, la eficacia publicitaria ya no se consigue únicamente mediante el alcance o la precisión. Se consigue mediante la elección del contexto y la señal de credibilidad activada. Al apostar por medios fiables e integrar en ellos pruebas visibles de los clientes, las marcas transforman una inversión en medios en un activo de marca, y no solo en un coste de difusión.
La prueba certificada del cliente: palanca de eficacia y credibilidad
En un mundo saturado de publicidad, las marcas ya no pueden limitarse a decir que son dignas de confianza, sino que deben demostrarlo. Ahí es donde entra en juego la prueba certificada por el cliente: transforma una promesa en una experiencia visible.
a) Normas y rigor: garantizar la autenticidad
Cuando hablamos de pruebas de clientes «certificadas», no nos referimos simplemente a una reseña más, sino a un proceso estructurado, verificado y transparente.
La norma ISO 20488:2018 – Online consumer reviews (Opiniones de consumidores en línea) – define los requisitos y recomendaciones relativos a la recopilación, moderación y publicación de opiniones de clientes en línea. Así, un sistema de opiniones conforme garantiza que:
el autor es un cliente real,
la opinión está relacionada con una compra,
la moderación es objetiva y documentada,
y la publicación es transparente en cuanto a las normas aplicadas.
Para las marcas, este nivel de rigor es una garantía sólida: la opinión ya no puede percibirse como «comprada» o manipulada, sino que se convierte en una señal de confianza
b) De la opinión del cliente al mensaje mediático: la prueba visible
La verdadera revolución se produce cuando se integra esta opinión del cliente en el propio formato publicitario: anuncio de televisión, encarte en prensa, secuencia en cine, etc.
Imagina un anuncio de televisión de 5 segundos al final del cual aparece: «Marie, compradora del coche X, le da una nota de 9/10 y recomienda este modelo. Al igual que los demás Televaluadores»
Esta simple adición cambia radicalmente la naturaleza del mensaje:
Pasamos del discurso construido por la marca a un testimonio validado por un igual.
El consumidor no solo lee que «este producto es bueno», sino que ve que un cliente como él dice que lo es.
En concreto, esto aumenta la credibilidad y, por lo tanto, la atención, la memorización y la conversión.
Estudios recientes demuestran que los testimonios de clientes (user testimonials) son especialmente eficaces cuando:
Se perciben como auténticos,
la fuente es similar al público objetivo (igual «como yo»),
el formato es breve pero visible en un contexto mediático premium.
¿El efecto? El público es menos escéptico, está dispuesto a creer y, por lo tanto, a actuar.
c) Por qué es una herramienta estratégica para las marcas
En un mundo en el que:
La confianza en los entornos digitales se ha debilitado,
la segmentación por sí sola ya no basta para fidelizar,
la elección del contexto mediático (televisión, prensa, cine) ha vuelto a cobrar importancia...
... la prueba certificada por el cliente actúa como puente entre el mensaje y el impacto.
Desempeña tres funciones estratégicas:
Segmentación de credibilidad: aparecer en un contexto premium y mediante una señal creíble refuerza la adhesión.
Amplificación de los medios: los medios premium atraen la atención, las pruebas generan confianza y, juntos, aumentan la eficacia.
Protección de la marca: un mejor contexto + una prueba auténtica reduce los riesgos de rechazo, falta de autenticidad o repercusiones negativas en la reputación.
En resumen: la prueba certificada del cliente no es un detalle decorativo de la campaña, sino que se convierte en un elemento central de credibilidad. Integrada en un formato multimedia premium, transforma la publicidad de «míranos» en «escucha a quienes lo han hecho».
Para cualquier marca ambiciosa, la decisión es ahora clara: elegir el poder Y la prueba, en lugar de solo el poder.
Recomendaciones concretas para los anunciantes
Si usted está a cargo de una estrategia mediática:
Audite su distribución de medios: ¿qué parte del presupuesto se invierte en entornos de alto riesgo frente a medios seguros?
Redefine tus KPI: no te conformes con el GRP o el CPM. Añade «prueba visible activada», «opiniones de clientes citadas» y «contexto mediático certificado».
Procedimiento BuyTryShare en 4 pasos:
Recopilar opiniones verificadas tras la compra.
Seleccionar inventarios multimedia premium (televisión, prensa, cine).
Integrar las opiniones en la creatividad publicitaria.
Medir el impacto en la confianza y la conversión.
Caso hipotético: una marca decide redirigir el 20 % de sus inversiones sociales hacia la televisión + prueba de cliente integrada. ¿El resultado? Un aumento del 12 % en la adhesión, un incremento en la tasa de recomendación, etc. (datos hipotéticos a ilustrar).
Conclusión
A finales de 2025, el ecosistema mediático ya no se basa únicamente en el volumen, sino también en la credibilidad.
Las marcas que se conformen con alcanzar sus objetivos ya no marcarán la diferencia. Las que generen confianza, a través de pruebas visibles y medios fiables, crearán una ventaja competitiva.
Con BuyTryShare, esta transición se hace realidad: se pasa de la exposición a la convicción, de la promesa a la prueba.
Nuestro compromiso
Reavivar la confianza en la publicidad a través de la innovación.
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